Empecemos por lo más triste, mamá no paraba de decirme que tenía que volver al trabajo y que yo empezaría a ir a la guardería donde iba a aprender un montón de cosas, hasta ahí guay. Lo que no se atrevió a contarme es que esto implicaba también que tenía que despedirme de esa leche tan rica rica de mami ¡con lo que a mi me gustaba comer en sus brazos calentito y mimoso! Lloré, claro que lloré, durante dos días en brazos de papi que intentaba convencerme de que el biberón era igual de rico ¡y una leche! (nunca mejor dicho). Al final tuve que rendirme y es que lo de pasar hambre no lo llevo nada bien. Ahora cada día tomo más biberón y menos tetita así que cuando toca la saboreo muy bien para recordar esos momentos cuando se vayan definitivamente: ¡Adiós tetitas, adiós!
Lo de la guardería no es para tanto, yo me lo tomé como un hombre ¿qué son unas horillas en un lugar con un montón de juguetes, rodeado de bebés como yo y en brazos de unas jóvenes preciosas? Pues eso, que ni yo lloré, ni mamá lloró (bueno una lagrimilla si le cayó), ni papa lloró, fue todo así de natural nada de despedidas lacrimosas de película sólo unos besitos y un hasta luego. Y no es que no eché de menos a papá y mamá sólo que el tiempo se me pasa volando y cuando me quiero dar cuenta ya están otra vez de vuelta a por mí y por qué mentiros !yo allí me lo paso fenomenal! Mis profe se llama Bea y cuando esta no da a basto, tambien me hace cariñitos otra que se llama Sandra. Os dejo una foto con Beatriz para que veáis lo guapa que es:
Empezaron llevándome de 12 a 4 de modo que todos podíamos echarnos una buena siesta tranquilitos pero cuando mamá vaya a trabajar papá irá a llevarme mucho más pronto y también me recogerá más tarde.Seguro que me acostumbro enseguida y para entonces ya haré muy buenas migas con mis compis, de momento sólo le echado el ojito a una bebé llamada Teresa que llora mogollón, tendré que achucharla de vez en cuando para que no esté tan triste.
Os dejo un avance de lo que seguro será el próximo post y es que casi casi casi me quedo sentadito ¡je je!
Eso es todo amigos, un bechuzo muy muy fuerte de Daniel.